
El tema ha estado en tribunales, de una instancia a otra, ora dando la razón a los Gipsy Kings, ora a El Príncipe, incluso ante la justicia francesa. Lo que Enrique Castellón no entiende es que, habiendo demostrado de forma más que fehaciente su autoría de la canción –“yo la grabé en el 79 –afirma–, y a ellos se la escuché mucho después; de hecho, creo que la registraron en el 83”– y dando pruebas más que numerosas de cómo el gran éxito no dejaba de ser la versión del tema “que un día yo titulé así pensando en mi perro, llamado ‘Obí’, aún ha habido quien se atreviera a cuestionar a quién correspondían los derechos de autor. (Para más información contactar a la autora del blog en autoreslatinos@gmail.com)