
La industria editorial mexicana se enfrenta a un comercio informal que aprovecha bajos costos en insumos, no paga derechos de autor, ni traductores, correctores de estilo o tipógrafos. Se ha planteado vender en puestos callejeros pero no puede competir en precios con los piratas, que no pasan por el proceso de producción, copian el libro acabado. No han podido hacer conciencia entre la gente que los libros piratas son ilegales y no son tan baratos. Gally dice que en el mercado ilegal los libros “están 20% o acaso 30% abajo del precio de lista, significa que ofrecen 10% menos que las librerías de descuento”. El presidente de CEMPRO dice que las pérdidas para la industria del disco, DVD y libros es similar en porcentaje: el 60% de lo que se compra en México es ilegal y el 40% restante está en regla; pero la del video y la música son mercados mucho más grandes. (Para más información contactar a la autora del blog en autoreslatinos@gmail.com)