Después de que se anunció la realización de la subasta, el 21 de enero pasado el INAH presentó una denuncia de hechos ante la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra el Ambiente y Previstos en Leyes Especiales de la Procuraduría General de la República (PGR). Francia estaba enterada de la denuncia, previo a la subasta, porque la SRE informó de los hechos a la embajada de ese país en México, según se explica en el comunicado.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el arqueólogo Alejandro Bautista, de la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas del INAH, explicó que el dictamen se realizó a partir de la revisión de las imágenes digitales a color y de buena calidad en el catalogo de la subasta, disponible en la página oficial en Internet de la casa de subastas. Detalló que el estudio abarcó el análisis de las características de forma, estilo, materia prima, acabado de la superficie y estado de conservación aparente de cada objeto.
En específico, en la escultura atribuida a la cultura maya se encontraron “muchos rasgos atípicos”, en una pieza que, de entrada, tiene dimensiones de altura que son anormales (165.5 centímetros). Aunque el arqueólogo señala que la certeza total de los enunciados del dictamen sólo puede corroborarse con la revisión directa, que dependerá de las gestiones a nivel diplomático y jurídico, considera que estilísticamente las 67 piezas señaladas por ellos como falsas “no corresponden con los bienes localizados en territorio nacional”.
La autenticidad de éstas había sido defendida en otros foros, incluso al término de la puja por la casa Binoche Giquello, que organizó la venta, y por Jacques Blazy, quien fue presentado por varios reportes de prensa como experto en arte prehispánico. (Para más información contactar a la autora del blog en autoreslatinos@gmail.com)